Es la historia del matrimonio de Rosana Brutomezza y Bruno Percara, quienes recibieron una vivienda rural construida en la zona de Santa Ana y destacaron el arraigo que significa poder seguir viviendo en la zona rural, dado que otras familias deben migrar al pueblo a fin de poder contar con un techo. Ahora, ellos, junto a sus hijos, una nena de dos y un varón de ocho años, tendrán la posibilidad de continuar sus vidas en condiciones dignas, sin necesidad de tener que mudarse al pueblo.
Aquí su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario